“Limpieza Facial – Base de la rutina de cuidado facial”
Vamos a tratar uno de los pasos fundamentales para mantener una piel cuidada y radiante cada día: la limpieza facial.
Vivimos en una época, en la que cada vez más somos conscientes del cuidado que necesita nuestra piel para que luzca lo mejor posible: maquillajes, cremas hidratantes, vitaminas, sérums, contornos de ojos, tratamientos estéticos y médico-estéticos, etc. Y es evidente la relación directamente proporcional entre la calidad de los productos y tratamientos, y el efecto en nuestra piel. Pero, ¿qué pensaríais si os dijera que todos esos productos pierden parte de su efectividad si no tienes la piel bien limpia y receptiva? Si la piel está ocluida con un montón de desechos (incluso invisibles a nuestros ojos), los tratamientos que apliquemos a continuación no van a penetrar correctamente, algo lógico.
Siempre que hacemos una lista con la mejor cosmética para hacer una rutina facial en casa, aparecen varios tipos de productos antes que un limpiador. Pero os puedo asegurar, que varios de los productos más importantes que debéis anotar deben formar parte de la rutina de limpieza.
¿En qué consiste hacer una buena limpieza facial diaria?
Principalmente, la misma palabra lo dice, hay que limpiar correctamente nuestra piel de maquillaje, desechos, toxinas y células muertas antes de aplicar cualquier tratamiento.
Estos son los tipos de limpiadores que puedes utilizar:
- Leches: Tipo de limpiador en crema, ideal para pieles normales, secas, sensibles o reactivas.
- Geles: Mucho más ligero que las leches, es ideal para pieles mixtas, grasas y/o con tendencia acnéica. Suelen contener un alto contenido de tensioactivos, por lo que la sensación después de utilizarlos será de tirantez en nuestra piel. Deberemos tratarla correctamente después de la limpieza.
- Espumas: Ideal para todo tipo de pieles. Suelen ser muy agradable al tacto y las pieles grasas las toleran bien.
- Jabones sólidos: Suele ser la opción más natural y en función de sus principios activos podrán utilizarlos unas pieles u otras. Algo super importante: limpiar bien la pastilla después de frotarla con nuestras manos o nuestro rostro.
- Aceites: Ideal para desmaquillar o para la limpieza total de pieles normales o secas. Es el complemento perfecto de una doble limpieza para todo tipo de pieles, ahora os explico de qué va éste tema.
- Agua Micelar: Puede utilizarse sobre un algodón empapado para limpiar el rostro. Las micelas retienen la suciedad y la arrastran, y normalmente vienen formuladas con más principios activos que la complementan.
- Exfoliantes: Nos referimos en este caso a los exfoliantes mecánicos (cremas o geles con microesferas) que ayudan a arrastrar las células muertas que dan a nuestra piel un aspecto grisáceo, opaco y sin vida.
¿Cómo y cuándo hacer una buena rutina de limpieza diaria?
Debemos limpiar exhaustivamente nuestro rostro al menos, 2 veces al día: por la mañana y por la noche.
La limpieza de la noche es algo más obvio, ¿verdad? Después de todo el día, y antes de irnos a la cama, nos aseamos y desmaquillamos y limpiamos nuestra piel antes de utilizar el tratamiento nocturno.
Pues bien, la limpieza matutina es igual de importante, ya que, aunque no estemos maquillados y solo hayamos dormido, los restos del tratamiento de la noche anterior, el polvo, las células muertas o el sudor, por ejemplo, se queda en nuestra piel, y es muy importante limpiarla para lucirla de la mejor manera posible.
¿En qué consiste la “doble limpieza” de la que todo el mundo habla?
Básicamente consiste limpiar nuestra piel combinando varios productos de los mencionados anteriormente para conseguir un resultado aún mejor, que se puede adaptar a todo tipo de pieles.
Lo ideal es utilizar primero un limpiador de base oleosa para retirar el exceso de maquillaje y desechos solubles en aceite. ¿Y qué me dices de las pieles grasas?¿No son enemigas del limpiador en aceite? Para nada, el limpiador en aceite hace un “efecto imán” para el exceso de sebo de las pieles grasas. Os sorprendería el resultado si lo probarais.
A continuación utilizamos un limpiador de base acuosa (leches, geles, espumas o agua micelar) para hacer una limpieza profunda y retirar cualquier exceso de desechos que haya podido quedar.
¿Cuántas veces puedo utilizar un exfoliante?
Normalmente la recomendación básica es utilizarlos una o dos veces a la semana en función de la tolerancia de nuestra piel.
Si poco a poco la acostumbramos a ello, y no tenemos una piel sensible o reactiva, podremos utilizarlos prácticamente a diario, a ser preferible en la rutina de noche.
Esperamos que os sean útiles estos consejos y que los pongáis en práctica. Contactad con nosotros ante cualquier duda que os surja.
Muy útil este artículo respecto al tema de los tratamientos estéticos.
Espero encontrar más publicaciones así.